Mutilación Genital Femenina

Sara Díez | AFmedios

6 de Febrero Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina, una práctica dañina y violatoria de los derechos humanos.

En la mayoría de las sociedades industrializadas, aunque la violencia basada en el género es condenada oficialmente, aún es tolerada en muchas de sus formas, lo que dificulta su erradicación.

sara_diezExisten muchas formas de violentar a las mujeres, desde las manifestaciones más sutiles hasta aberrantes prácticas que se ejercen bajo el nombre de “costumbres” o “tradiciones” religiosas y/o culturales. En algunos países en desarrollo, las prácticas que subyugan y perjudican a las mujeres – como el maltrato a la mujer, los asesinatos en nombre del honor, la Mutilación Genital Femenina, las muertes de dote, entre otras – son tolerados como parte del orden natural de las cosas. Sin embargo, todo lo que atente en contra de los derechos humanos y que afecte la integridad emocional, física, sexual o la vida de cualquier persona, debe considerarse VIOLENCIA y, por tanto, no debe justificarse ni tolerarse por ningún motivo.

En este espacio hemos tratado varios temas que abordan los tipos de violencia que normalmente se ejercen en nuestra sociedad en contra de las mujeres, pero existen otras formas que son utilizadas, aún hoy en día, y que atentan en contra de la dignidad y de la salud emocional y física de millones de niñas y mujeres en el mundo. En muchas regiones, las prácticas que atentan contra el bienestar de las mujeres son toleradas, pero al igual que la esclavitud, constituyen violaciones graves de los derechos humanos básicos. Y es por eso que en esta ocasión me referiré a la MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA, pues es necesario que nos concienticemos sobre las aberrantes prácticas que se ejecutan bajo el nombre de tradición, con el fin de solidarizarnos en la lucha por erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, incluyendo la ablación.

El próximo 6 de Febrero es el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, instaurado con el fin de sensibilizar a la gente de todo el mundo acerca de esta práctica deleznable. La mutilación genital femenina, del tipo que sea, se considera una práctica dañina y una violación de los derechos humanos de las niñas y las mujeres. El objetivo de establecer una fecha especial contra esa práctica, es pretender acabar con este abuso, aludiendo que no solo constituye una violación de los derechos humanos, sino que supone además un claro peligro contra la salud pública.

¿QUÉ ES LA MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA (MGF)?

La mutilación genital femenina es el corte y/o eliminación de los genitales externos femeninos u otras lesiones a los órganos genitales femeninos por motivos no clínicos. En la mayor parte de los casos es realizada por integrantes de las comunidades con ideas tradicionales y que suelen tener otras funciones importantes, tales como la asistencia al parto. No obstante, cada vez es más frecuente que sea llevada a cabo por prestadores de atención de salud.

Amparándose en tradiciones ancestrales y machistas, son muchos los países que permiten e incluso fomentan la ablación. Son varios los argumentos inválidos que esgrimen quienes aún defienden la mutilación genital en niñas, aunque lo que persiguen principalmente es conservar la virginidad femenina y garantizar la fidelidad. Es una tradición brutal que ninguna motivación de naturaleza cultural o religiosa puede justificar y que sólo comporta dolor, infecciones, problemas en el parto y muerte para las mujeres.

La mutilación genital femenina carece de beneficios conocidos para la salud. Por el contrario, se asocia a una serie de riesgos a corto y largo plazo para la salud física, mental y sexual de las mujeres

TIPOS

Se clasifica en cuatro tipos:

  • Tipo I: Ablación del clítoris, este tipo consiste en la extirpación parcial o total del clítoris y / o de su prepucio.
  • Tipo II: Escisión, el clítoris y los labios menores son parcial o totalmente eliminados, con o sin escisión de los labios mayores.
  • Tipo III: Infibulación o tipo faraónica, la forma más grave. El procedimiento consiste en reducir el orificio vaginal con la creación de un sello mediante el corte y la recolocación de los labios menores o mayores, con o sin resección del clítoris. La confrontación de los mismos bordes de la herida se compone de una costura, donde las áreas cortadas deben permanecer unidas por un cierto período de tiempo (por ejemplo, las piernas de las niñas están unidas entre sí), para crear el sello que cubre. Una pequeña abertura se deja para la orina y la sangre menstrual para escapar. Una infibulación debe ser abierta a través de relaciones sexuales con penetración sexual o la cirugía.
  • Tipo IV: Se compone de todos los demás procedimientos a los órganos genitales de la mujer para fines no médicos, tales como pinchazos, perforaciones, incisión, raspado, cauterización, entre otros.

El tipo de mutilación practicada, la edad en que se lleva a cabo y la forma en que se hace, varían de acuerdo a la zona y las costumbres de las comunidades que lo ejecutan.

 MODO DE PRACTICARLA

El procedimiento se lleva a cabo en niñas de diversas edades, que van desde poco después del nacimiento o algún momento durante el primer embarazo. Se realiza generalmente por los médicos tradicionales con un objeto afilado como un cuchillo, una cuchilla de afeitar o vidrios rotos. También hay evidencia de un aumento en el rendimiento de la MGF por personal médico en algunos países.

EFECTOS

La MGF no aporta ningún beneficio a la salud de las mujeres y niñas, sino que la perjudica de formas muy variadas. Debido a que implica la resección y daño del tejido genital femenino normal y sano, interfiere con la función natural del organismo femenino. Las consecuencias inmediatas de la MGF incluye dolor severo y hemorragia, tétanos, shock, dificultad para orinar, llagas abiertas en la región genital, infecciones, lesión de los tejidos genitales vecinos y a veces la muerte. El procedimiento que puede resultar en la muerte por hemorragia severa que conduce a un shock, una conmoción cerebral como resultado del dolor y el trauma, y la infección generalizada y septicemia.

El dolor infligido por la MGF no se detiene con el procedimiento inicial, pues suele ser una tortura continua durante toda la vida de una mujer. Casi todas las mujeres que han sufrido dolor por la MGF experimentan sangrado como una consecuencia del procedimiento. El evento en sí es una experiencia traumática para las niñas que se someten al procedimiento. Riesgos y complicaciones aumentan con el tipo de MGF y son más graves y frecuentes con infibulaciones. Además del dolor durante y en las semanas siguientes a la mutilación, las mujeres que han sufrido MGF experimentan diversos efectos a largo plazo a nivel físico, sexual y psicológico: pueden sufrir dolor crónico, infecciones pélvicas crónicas, el desarrollo de quistes, abscesos y úlceras genitales, excesiva formación de tejido cicatricial, infección del sistema reproductivo, disminución del placer sexual y las consecuencias psicológicas, como trastorno de estrés post-traumático. Los riesgos adicionales para las complicaciones de infibulaciones incluyen los problemas urinarios y menstruales, infertilidad, cirugías posteriores y relaciones sexuales dolorosas.

Al dar a luz, el tejido de la cicatriz se puede romper, o la apertura tiene que ser cortada para permitir que el bebé salga. Un estudio en varios países por la OMS demostró que las mujeres que habían sufrido la MGF, aumentaron considerablemente los riesgos de eventos adversos durante el parto, por lo que la mutilación genital de las madres tiene efectos negativos sobre sus bebés recién nacidos, provocando en muchos casos la muerte del bebé. Después del parto, las mujeres de algunas comunidades étnicas son a menudo expuestas de nuevo para que sean «apretadas» por su marido (reinfibulación). Tal corte daña nuevamente los genitales de una mujer en el tejido de la cicatriz dolorosa.

Otras consecuencias: infecciones vesicales y urinarias recurrentes; quistes; esterilidad; aumento del riesgo de complicaciones del parto y muerte del recién nacido; necesidad de nuevas intervenciones quirúrgicas. Un reciente estudio de la OMS ha demostrado que la ablación es la segunda causa de infección del virus del SIDA entre las niñas africanas.

PRÁCTICA SIN RAZÓN

La violencia de género tiene en la MGF una de sus manifestaciones más crueles. Por tanto, esta práctica es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas. Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, y constituye una forma extrema de discriminación de la mujer. Es practicada casi siempre en menores y constituye una violación de los derechos de la niñez. Asimismo, viola los derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometido a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte. En síntesis, al fomentar la MGF, se niega a las mujeres y a las niñas su derecho a:

  1. La integridad física y mental
  2. La protección contra la violencia
  3. El más alto nivel posible de salud
  4. La no discriminación por razón de sexo
  5. Protección contra la tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes
  6. La vida (cuando el procedimiento resulta en la muerte).

¿SABÍAS QUE…?

• La Mutilación Genital Femenina ha estado asociada con prácticas religiosas y culturales, aunque líderes cristianos y musulmanes se han manifestado en contra de ella.

• Al menos 130 millones de mujeres han sido obligadas a someterse a esa práctica.

• Otros 3 millones están en riesgo cada año a partir de esta práctica degradante y peligrosa, además de ser una violación de los derechos humanos más elementales.

• Se calcula que hay en todo el mundo entre 100 y 140 millones de mujeres mutiladas genitalmente.

• Es práctica habitual también en 28 países de África y en países como Yemen, Irak, Malasia e Indonesia. En Europa, alrededor de 180.000 niñas están en riesgo de sufrirla cada año. También se practica entre ciertos grupos étnicos de Sudamérica y, además, preocupa a nivel mundial porque es practicada por inmigrantes de comunidades desplazadas.

• En la mayoría de los casos se practican en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años y no aportan ningún beneficio a la salud de las mujeres y niñas.

• La MGF comprende todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. Pueden producir hemorragias graves y problemas urinarios, y más tarde pueden causar complicaciones del parto y la muerte del recién nacido y de la mujer.

ERRADICACIÓN

La ONU indicó en 2010 que unas 70 millones de niñas y mujeres fueron sometidas a esta práctica.

En 2012, aprobó por unanimidad una resolución donde pide que se prohíba la mutilación genital femenina. Apoyada por más de 100 países y adoptada por consenso, denuncia que la práctica es dañina y una seria amenaza a la salud psicológica, sexual y reproductiva de mujeres y niñas. Además, pide a los 193 Estados miembros de la ONU condenar la práctica y lanzar campañas educativas para eliminarla. La resolución también exhorta a todos los países a promulgar y aplicar leyes que prohíban la práctica y acabe con la impunidad de los infractores. La OMS se ha comprometido a eliminar la mutilación genital femenina en el plazo de una generación, y a ese efecto realiza actividades de divulgación, investigación y orientación dirigidas a los profesionales de la salud y los sistemas de salud. Otras organizaciones como Amnistía Internacional, también llevan a cabo un serio trabajo de sensibilización.

Mujer, la mutilación genital femenina es un atentado gravísimo a la integridad de las mujeres y niñas, a su salud física y psíquica, y a su libertad. No es sólo un problema de otras regiones, sino que estamos ante una de las formas de violencia de género más brutales y arraigadas que existen y que continúa extendiéndose debido a los colectivos de inmigrantes. Los Estados tienen que adoptar todas las medidas informativas, preventivas, penales, administrativas y sociales para hacer frente a esta práctica. Debemos sensibilizarnos y saber que estas prácticas son ajenas a cualquier hecho religioso y que resultan nocivas para la salud y el bienestar de las mujeres porque se trata de una forma de violencia que atenta contra sus derechos fundamentales.

Un abrazo!

Sara Díez – Crisálida Perenne

[email protected]

Fuentes:

mujersincadenas.blogspot.mx

unfpa.org

who.int