Los casos entre moderados y graves de acné pueden derivar en cicatrices que producen marcas y hendiduras en la piel que, en la mayoría de los casos, permanecen inalterables al paso del tiempo.

Entonces, hay que pensar en una opción específica, según el problema a tratar.

Para revertir el cambio de color en la piel, por ejemplo, las cremas con alguna sustancia blanqueadora son lo más indicado. Esos productos se adquieren en farmacias y perfumerías y son de uso diario. Además, es importante usar continuamente un protector solar con factor de protección solar de 30 o más en la cara y otras zonas con cicatrices para proteger la piel y minimizar las diferencias en el color.

Para las cicatrices que dejan hendiduras en la piel, hay otras alternativas que tienen por objetivo alisar la piel. Las sesiones de rejuvenecimiento con láser ayudan a mejorar el tono y la textura de la piel. En ese procedimiento, el dermatólogo aplica el dispositivo para estimular el crecimiento de colágeno nuevo y más sano. Los procedimientos con luz pulsada y la radiofrecuencia también atenúan las marcas más notorias.

En otros casos, se pueden aplicar rellenos debajo de la piel o dentro de las hendiduras. El bótox, colocado alrededor de las secuelas más notorias, contribuye por su parte a relajar la piel, reducir su fruncimiento y mejorar su apariencia general. Ambas técnicas deben repetirse cada cierto tiempo para mantener los resultados.

En las cicatrices más extremas, en cambio, el médico dermatólogo puede recomendar un peeling químico o una abrasión térmica. Esos procedimientos extraen la capa superior de la piel para eliminar las cicatrices superficiales y hacer menos aparentes las manchas más profundas.