Resultados desalentadores con los parches de nicotina en embarazadas fumadoras

Los parches de nicotina no ayudarían a las embarazadas a dejar de fumar ni a que sus bebés aumenten de peso, según sugiere un equipo de Francia.

En su estudio, el uso de los parches no aumentó la tasa de cesación ni el peso al nacer versus placebo, a pesar de un ajuste individualizado de las dosis, la extensión del tratamiento y el aumento de la dosis diaria de nicotina, según publican los autores en British Medical Journal.
«Hasta ahora, la única forma efectiva de que las embarazadas dejen de fumar son las intervenciones conductuales conseguimiento estricto», dijo por correo electrónico el autor principal, doctor Ivan Berlin, de la Facultad de Medicina de la
Universidad Pierre y Marie Curie, Paris, Francia.

Con su equipo realizó el estudio aleatorizado SNIPP en 23 maternidades francesas durante cinco años.

Participaron 476 embarazadas con entre 12 y 20 semanas de gestación, que fumaban cinco cigarrillos o más por día, obtenían por lo menos cinco puntos en una escala (de cero a 10) para evaluar la intención de dejar de fumar y tenían cobertura de salud.
Finalmente, 402 mujeres utilizaron al azar parches de nicotina o placebo de 16 horas de duración hasta el parto. Las dosis se fueron ajustando con los niveles de cotinina en saliva al fumar para lograr un 100 por ciento de sustitución (entre 10y 30 mg/día). Todos los meses, se las evaluó y recibieron consejos para dejar de fumar.

Los autores no detectaron diferencias entre los grupos desde el inicio del tratamiento hasta el parto. El 5,5 por ciento de las usuarias de los parches de nicotina lograron la abstinencia total, versus el 5,1 por ciento del grupo control.

En ambos grupos, el tiempo medio hasta el encendido del primer cigarrillo después del día meta de cesación fue 15 días (rango intercuartil de 13-18 con el uso de nicotina y de 13-20 con el uso de placebo).
La tasa de abstinencia también fue similar en ambos grupos: entre el 8 y 12,5 por ciento con los parches de nicotina y entre el 8 y el 9,5 por ciento con los parches placebo.

La adherencia media autoinformada fue del 85 por ciento (rango intercuartil de 56-99 por ciento) con los parches de nicotina y del 83 por ciento (56-95 por ciento) con la versión placebo en 1.016 consultas de control.

El peso al nacer medio de los bebés también fue similar en ambos grupos: 3.065 gramos en el grupo de mujeres tratadas con parches de nicotina y 3.015 gramos en el grupo tratado con placebo.

Los autores le atribuyeron al estudio algunas limitaciones,como el comienzo del tratamiento en el segundo trimestre del
embarazo o la inclusión de mujeres que querían dejar de fumar solamente.

En un editorial, la doctora Leonie S. Brose, del Instituto de Psiquiatría del King’s College de Londres, Reino Unido,
sugiere que la brecha de dos semanas entre la primera y la segunda sesión de terapia de apoyo conductual y ajuste del
tratamiento de reemplazo de la nicotina explicaría la baja tasa de éxito en ambos grupos.

«Sabemos que la contención psicosocial es clave en las primeras semanas de todo intento de cesación tabáquica, que es
el período en el que las participantes no recibieron asistencia», escribió Brose.

«Este retraso es fundamental porque se da en el período en el que los fumadores están más expuestos a las recaídas, algo
que las cifras de este estudio también muestran», agregó.

«Afortunadamente, y a diferencia de los resultados desalentadores y la escasa evidencia que respalda las terapias farmacológicas, los estudios de calidad demuestran que las intervenciones psicosociales ayudan a las embarazadas a dejar de fumar», sostuvo.