Pantallas y uso del teléfono móvil quita horas de sueño a los adolescentes: estudio

Las distracciones digitales, y una más clásica, como hablar por teléfono, están asociadas con una disminución del tiempo de sueño y un aumento de la somnolencia diurna en los adolescentes, según informa un equipo de Canadá.

«Los adolescentes están durmiendo mucho menos que otras generaciones, con peor calidad y más somnolencia diurna, con consecuencias de salud y sociales», dijo Jennifer O’Loughlin, autora del estudio publicado en Sleep Health e investigadora de la Universidad de Montreal.

Al mismo tiempo, comentó que los medios electrónicos son una parte cada vez más importante en la vida de los adolescentes y, a menudo, los usan antes de dormir.

Su equipo analizó la información de un estudio de Montreal sobre estudiantes secundarios. Más de 1200 estudiantes, de entre 14 y 16 años, que respondieron cuestionarios entre 2008 y 2009 sobre la exposición a los equipos electrónicos y la TV, además de actividades sedentarias como leer o hablar por teléfono.

Los adolescentes indicaron a qué hora se acostaban y se despertaban durante la semana y el fin de semana.

Los autores observaron que los que usaban la computadora y los videojuegos durante más de dos horas por día dormían, respectivamente, 17 y 11 minutos menos que los que utilizaban las pantallas menos tiempo.

Uno de cada tres adolescentes usaba la computadora más de dos horas por día y era dos veces más propensos a dormir menos de ocho horas por noche.

Los adolescentes que hablaban por teléfono durante por lo menos dos horas diarias eran tres veces más propensos que el resto a no dormir ocho horas.

Mirar TV tuvo el efecto opuesto: los que miraban dos horas o más de TV por día eran un 50 por ciento menos propensos que el
resto a dormir menos de ocho horas.

Los que usaban la computadora o hablaban por teléfono durante más de dos horas por día sentían más somnolencia diurna que los que usaban los dispositivos menos tiempo.

Los adolescentes con otras actividades sedentarias, pero sin el uso de pantallas, como la lectura, no dormían menos que sus
pares.