Polémica por pegamento para adherir moños a cabezas de bebés

“Nunca es demasiado pronto para ser femenina”. Así reza el slogan de Girlie Glue, un polémico producto que se promociona entre frases que van de lo superficial a lo repudiable. Se trata de un pegamento para adherir accesorios como moños o pompones a las cabezas de las bebés, y constituye solo un ejemplo más de cosificación femenina y violencia sobre el cuerpo de las mujeres -en este caso, bebas sin pelo-.

“Muchas veces, con el estrés diario no hay tiempo para ponerle linda ropa rosa a mi beba y termina pareciendo un niño”, dice una de las supuestas madres que publicita el adhesivo. Otra de ellas, asegura: “Si lleva ropa blanca o amarilla, cuando vamos al mercado, la gente suele preguntar ‘¿es niño o niña?’ porque no hay nada que la identifique”.

Y nosotras nos preguntamos… ¿Cuál es el problema de que los desconocidos «confundan» el género de los bebés? ¿Qué importa si es nene o nena? E, incluso, ¿por qué son las pequeñas mujeres las que deben «diferenciarse» de los varoncitos con un moño en la cabeza que permanece allí por 24 horas? ¿Por qué constantemente -y cada vez más tempranamente- se atenta contra los cuerpos de las mujeres?

El insólito producto asegura en su página web que sus ingredientes son naturales y que puede despegarse con una toallita húmeda o al bañar al bebé. Además, propone entre sus usos pegar bigotes postizos o aros, así como adherir accesorios también a las mascotas.

El controversial pegamento nació de la mano de una madre estadounidense, Katie Hydrick, quien dijo cansarse de hebillas incómodas a la hora de peinar a sus hijas, casi sin pelo por ser bebés. Hydrick mencionó que, al no hallar algo que la convenciera, creó en su cocina una mezcla que comenzó a utilizar de forma casera y que luego convirtió en su empresa, al ser consultada en la calle por madres que le elogiaban el método.

El producto cuesta siete dólares y desató una fuerte polémica en torno a los estereotipos de género, desde hace años, gran parte de la sociedad lucha por derribar