Cegada de amor

A veces, las mujeres amamos demasiado. Y dejemos claro que amar demasiado no es amar a demasiados hombres, ni enamorarse con demasiada frecuencia, ni siquiera sentir un amor demasiado profundo por otro ser. El amor se convierte en amar demasiado cuando nuestra pareja es inadecuada, desamorada o inaccesible, y, sin embargo, no podemos dejarla. Cuando estar enamorada significa sufrir, estamos amando demasiado.

A pesar del dolor y la insatisfacción, amar demasiado es una experiencia tan común para muchas mujeres que casi creemos que así es como deben ser las relaciones de pareja. Cada una cree que lo suyo “no es tan grave”, e incluso tiende a compadecerse de otras mujeres que, en su opinión, tienen “verdaderos problemas”. Pero lo cierto es que amar y sufrir no son ni mucho menos sinónimos, y el primer paso para que una mujer pueda llegar a cambiar su manera de relacionarse con los hombres es que se dé cuenta de ello.

La obsesión no es amor. Es sólo obsesión”, Robin Norwood.

Aunque nos resulta mucho más fácil vivir en la inconsciencia. En palabras de Nathaniel Branden, la mayoría de los seres humanos recorremos nuestra vida como sonámbulos. Tenemos la capacidad de elegir ser conscientes o no, y a menudo practicamos la forma más simple de traicionar nuestra consciencia: evadirnos de los hechos que nos desconciertan. Sabes perfectamente que hay algo en esa relación que no funciona, pero crees que si decides no verlo o no reconocerlo, no existe. En realidad, los deseos, los temores o las negaciones no cambian los hechos. Vivir de manera inconsciente sólo supone una falta de respeto a la realidad, y, por extensión, a ti misma.

El miedo y el dolor siempre deben considerarse como señales, no para cerrar los ojos, sino para abrirlos más”, Nathaniel Branden

Deja de engañarte: las personas suelen expresar claramente quiénes son a través de su conducta. Otra cosa es que nosotras no nos preocupemos de observar, o que nos evadamos creando fantasías sobre lo que nos gustaría que fuera. Porque vivir conscientemente requiere un esfuerzo que no todas estamos dispuestas a realizar, y, además, la claridad de consciencia puede ponernos en contacto con hechos a los que preferimos no enfrentarnos. Vivir de manera consciente nos obliga a plantar cara a nuestras propias inseguridades. Pero, ¿qué ocurre cuando elegimos vivir nuestra relación desde la inconsciencia? Es muy probable que haya dos víctimas: la primera, nuestra propia autoestima; puedes elegir mentirte conscientemente, pero tu subconsciente sólo entiende de verdades. Y, la segunda, la propia relación, porque el hecho de negar la realidad no la cambia en absoluto.

Si un individuo es capaz de amar productivamente, también se ama a sí mismo; si sólo sabe amar a los demás, no sabe amar en absoluto”, Erich Fromm.

¿Y cómo se sale de este juego destructivo? Las mujeres debemos comprender que el amor y la felicidad llegan mejor a través de la maika_gonzalezvisión que de la ceguera. Debemos aprender a amar, en lugar de pretender salvar a quien no quiere ser salvado. Debemos liberar esa enorme fuerza que sin saberlo tenemos, y decidirnos a dar el primer paso en el camino hacia nuestra propia plenitud. Sólo entonces dejaremos de medir nuestro amor por la profundidad de nuestro tormento. Sólo entonces dedicaremos nuestra energía a nuestro propio desarrollo, en lugar de malgastarla intentando cambiar la conducta o los sentimientos del otro. Sólo entonces podremos tomar la decisión de dejar una relación que ejerce una influencia negativa sobre nuestra salud y nuestro bienestar. Y sólo entonces podremos comenzar nuevas relaciones desde la verdadera intimidad, llenas de confianza, amor, y respeto por nuestra humanidad tierna y compartida, descubriendo los misterios gozosos que existen entre dos personas que están comprometidas mutuamente.

Y tú, ¿estás amando demasiado? ¿Has pensado que te mereces mucho más que sólo sufrimiento? ¿Te vas a decidir a poner tu bienestar en primer lugar, en lugar de ponerlo siempre en el último?

Un fuerte abrazo,

Maika