5 tips para que no sufras en los primeros baños de tu bebé

Aprender a bañar al bebé es uno de los grandes retos para l@s nuev@s mamás/papás, ya que surgen muchas dudas e inseguridades al momento de hacerlo.

Sin embargo, este procedimiento no sólo conserva la higiene corporal, sino que también estimula la evolución y maduración de su sistema nervioso, ya que el contacto de las manos sobre el cuerpo del bebé favorece la formación de conexiones neuronales debido a que la piel y el sistema nervioso central del pequeño están asociados entre sí. Además, el baño ayuda a fortalecer el vínculo entre los padres y el recién nacido.

Aunque al principio es posible que ni los padres ni el bebé disfruten mucho la hora del baño, con un poco de práctica y los siguientes tips, comenzarán a sentirse más cómodos.
El baño de inmersión debe ser gradual. Diversas organizaciones pediátricas, como la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría), recomiendan los baños de esponja hasta que la pequeña parte que queda del cordón umbilical se caiga, lo que generalmente demora una o dos semanas.

Posteriormente, pueden realizarse baños de inmersión, los cuales son menos estresantes para el bebé. Éstos consisten en colocar su cuerpo, excepto la cabeza y el cuello, en agua tibia (entre 37.8°C y 38.8°C), siempre sosteniendo firmemente al pequeño durante el baño.

No es necesario hacerlo diario. La frecuencia dependerá de la edad, ya que conforme el bebé crezca y sea más independiente, se ensuciará más. Por esta razón, antes de los 6 meses no es necesario el baño diario; dos o tres veces a la semana es suficiente, de lo contrario, la piel se puede secar e irritar. Además, si los cambios del pañal se hacen de manera frecuente y minuciosa, las partes que necesitan más atención, como el área del pañal, se mantienen limpias.,

De preferencia, no uses jabones. Recordemos que la piel del bebé es muy delicada y su pH, ácido, lo que evita la propagación de microorganismos, por lo cual no debe alterarse. Entonces, se recomienda el baño solo con agua, y únicamente usar jabón líquido y con un pH neutro o ligeramente ácido en algunas zonas pueden quedar restos de sustancias grasas (por ejemplo: heces, leche materna o artificial)., Además, los baños no deben ser demasiado largos, ya que después de 30 minutos el agua deshidrata la piel.

Suavemente seca su piel e hidrata el área del pañal. Cuando termine el baño, envuelve a tu bebé rápidamente en una toalla, cubriéndole la cabeza y el cuerpo para que se mantenga una temperatura cálida. Sécalo perfectamente con pequeños toques. La mayoría de los recién nacidos no necesitan lociones hidratantes después del baño, pero, si la piel está reseca, aplica una pequeña cantidad de crema hidratante sin perfume en las zonas que lo requieran.

La excepción, es el área del pañal que después de cada baño y cambio de pañal debe protegerse de las rozaduras con una pomada libre de perfumes, colorantes y conservantes.

El baño nocturno favorecerá su descanso. El horario para bañar al bebé dependerá de varios factores, pero es importante elegir un momento en el que los padres no se encuentren apurados o estresados para evitar riesgos y de manera que todos disfruten este momento. Si bañas a tu bebé en la noche, poco antes de dormir, lo relajará y contribuirá a un sueño más placentero.

El baño no solo es un excelente momento para que padres e hijos convivan, sino que también permite que los niños aprendan importantes hábitos de autocuidado como la higiene y el cuidado de la piel, que le ayudarán a disfrutar de salud durante toda su vida. ¡Haz de esta actividad un hábito para toda su vida!