Consejos naturales para unos pies bonitos y sanos

Conseguir unos pies bonitos y sanos es una cuestión de hábito y atención, el mismo que dedicamos a otras partes de nuestro cuerpo como rostro o manos.

Los pies son una parte del cuerpo fundamental para la salud y el equilibrio físico y mentalde la persona. Sin embargo, habitualmente no se les presta tanta atención como se debería, y como consecuencia se sufren una serie de problemas que resultan incómodos y dolorosos.

A continuación vamos a ver cómo se pueden solventar algunos de los problemas más comunes que pueden sufrir nuestros pies. También te contaremos diversos hábitos saludables para su cuidado diario que pueden ayudar a mejorar el estado de esta parte tan importante de nuestro cuerpo, logrando unos pies bonitos y sanos de una forma natural.

Cómo tratar los problemas más habituales de los pies

Callosidades: es importante cuidarlas para que la piel no pierda elasticidad; para ello y de vez en cuando se han de limar con lima o piedra pómez y luego aplicarles un poco de aceite. Los callos dolorosos no son debidos a un roce normal, suelen depender de un calzado y se eliminan cambiándolo.

Uñeros: el desencadenamiento puede ser la presión de unas zapatillas estrechas. El tratamiento: andar descalzo o con zapatillas que no presionen, cortar las uñas correctamente, meter los pies en agua caliente unos 15 minutos, poner un algodón entre uña y carne, y limar el borde de la uña afectada. Si todo ello no da resultado, se realiza un corte en medio de la uña en forma de cuña.

Uña negra: entre sus causas siempre hay un traumatismo sobre la uña, sea por un golpe o por los roces continuos que se producen en una carrera larga o con un calzado inadecuado. Así se llega a producir un coágulo de sangre debajo de la piel. Si duele mucho se lava la uña, se desinfecta bien una aguja calentándola al rojo vivo y se utiliza par pinchar la uña encima del coágulo. El chorrito de sangre que sale produce un gran alivio; se limpia bien y se deja el pie al aire calzando sandalias unos días al menos.

Pie de atleta: es una infección por proliferación de hongos del tipo tiña. Entre las causas: alteración cutánea de la piel, excesiva humedad y calor, añadiendo a ello falta de sol o rayos ultravioletas. Se suele usar para este problema ácido benzoico y salicílico, o pastillas como griseofulvina y nistatina. Momentaneamente esto puede ser eficaz, pero si se repite la infección y estos tratamientos se prolongan, pueden resultar peligrosos. Es mejor prevenir a base de:

• Aplicaciones de aceite de árbol del té

• Recomponer la flora cutánea, aplicando caldo de yogur o de kéfir u otros cultivos bacterianos no patógenos

• Poner la piel al aire libre y seco, y al sol que no caliente demasiado, más rico en rayos ultravioletas (amanecer)

• Andar o correr, ya sea descalzo o con sandalias

• Pisar por arena o arcilla y, después de mojar los pies, secarlos muy bien.

Consejos para cuidar tus pies

Baños alternos: los baños alternos de pies con agua caliente y luego fría constituyen un buen entrenamiento para aquellas personas que tienen los pies fríos en invierno, y para mejorar la circulación sanguínea en esta zona. Una vez uno se acostumbra a ellos, se puede hacer ya sólo el baño con agua fría pero procurando que el pie siempre reaccione y acabe quedándose caliente.

Masaje: masajeando los pies o manipulando los puntos dolorosos se consiguen estímulos reflejos importantes para el equilibrio corporal, como lo viene demostrando la reflejoterapia podal. Sólo con el hecho sencillo de presionar los puntos dolorosos del pie podemos realizar esos estímulos reflejos. Se ha demostrado la eficacia de esta práctica para aliviar dolores de cabeza, dolor premenstrual o ansiedad.

Movilización: es necesario facilitar el movimiento de todas las articulaciones del pie. Conviene evitar el calzado demasiado rígido y buscar momentos para andar descalzo. Todavía no se ha descubierto el calzado que pueda conseguir los beneficios que aporta al cuerpo el andar descalzo.

Si llevamos a cabo estos consejos a lo largo de todo el año, evitaremos sufrir trastornos incómodos y dolorosos en nuestros pies. Y cuando llegue la época estival podremos lucir unos pies bonitos y sanos gracias a los cuidados de todo el año, sin duda con un efecto que no se consigue cuidándolos tan sólo en verano.